domingo, 19 de junio de 2011

VALOR RELATIVO

Hace muchos años,  una clase de matemática trató sobre un tema que no me generó ningún atractivo,  valor absoluto y valor relativo.  Puedo afirmar que ese día, como tantos otros, no presté atención al profesor. Y sin saber cómo, al final del curso respondí lo esperado de la materia, no más.  Así,  el tema pasó  a acumular telarañas en un recoveco de la memoria.

Jamás hubiera imaginado que después de tanto tiempo sin relacionarme con las ciencias exactas dicho concepto me sería (al fin) de interés.   Salí del consultorio buscando aire fresco, y al llegar al jardín me senté unos minutos.  Sin querer, oí entonces la conversación entre la enfermera y una paciente que llegó por un “chequeo rutinario”.  No estaba prestando atención, pero me di cuenta que hablaban de Infecciones de Transmisión Sexual, tema muy de moda en los Servicios de Salud.   Pequé de curioso al parar la oreja en plática ajena, lo acepto.  Así, noté que se rompía el protocolo entre prestadora y receptora de orientación, cuando la primera preguntó:
– ¿Hace cuanto se dedica a eso?
–Bueno, así solo a esto como dos años.  Pero ya antes le entraba cuando hacía falta.
       ¿Y le va bien? ¿Cuánto saca al mes?
       Depende.  Si es buen mes, cuatro o cinco mil quetzales. Si no Dos mil  o menos.
Quise interrumpir el diálogo,  pero cuando me levantaba, continuaron:
       Ah, no está mal.  ¿Y llegan muchos clientes?
       A veces. Cuando es así hay que ponerse pilas y no perder tiempo.
       Pero sí se asea entre uno y otro, ¿verdad?
       Casi siempre.
       ¿Cómo que casi siempre?
       Sí, depende si fue solo así o con condón.
       ¿O sea que a veces lo hace sin condón?
       Sí, hay clientes que no les gusta usarlo
Mi oportunidad de cortar las confesiones había pasado.   Ahora solo podía escuchar.  De hecho, preferí quedarme afuera de la clínica para no conocer el rostro de la valiente.
       ¿Y usted no sabe que es  peligroso  hacerlo así?
       Si, yo sé,  pero algunos no aceptan; además cuando es así pagan más.
La curiosidad de la entrevistadora era tremenda, pero no tanto como mi asombro.
       ¿Cuánto más?
       Con condón, ochenta.  De ahí si se puede conseguir más, se saca.
       ¿Y si no usa?
       Depende también.

Consideré suficiente, por lo que dejé ahí la escucha.  Sin duda el dinero posee para todos el mismo valor absoluto,  pero cada uno le atribuye un valor relativo acorde a su estilo de vida. Este es un ejemplo del valor relativo de ochenta quetzales en estos tiempos.